La venganza de la Tierra ( James Lovelock)
Este libro se basa haciendo referencia a la Teoría Gaia que toma a la Tierra como un organismo viviente, que se auto regula, formado por diversos componentes, físicos, químicos, biológicos, humano que interactúan entre sí. Y que los humanos estamos cada vez más infringiendo un daño mayor. El crecimiento de la población humana, la degradación de la Tierra, el agotamiento de los recursos, la acumulación de desechos, los cambios climáticos, los abusos de la tecnología y la destrucción de la biodiversidad en todas su formas, constituyen una amenaza para el bienestar de los humanos, una amenaza a la que generaciones anteriores no hubieron de enfrentarse.
Gaia es un sistema fisiológico porque parece tener el objetivo inconsciente de regular el clima y la química de forma que resulten adecuados para la vida. Para comprender y tratar de salir del lío en el que nos hemos metido con el cambio climático es necesario conocer la verdadera naturaleza de la Tierra e imaginarla como el ser vivo más grande del sistema solar, no como algo inanimado Hasta que no se produzca este cambio en nuestros corazones y mentes no percibiremos instintivamente que vivimos en un planeta vivo que responderá a los cambios que efectuamos sobre él bien aniquilando los cambios o bien aniquilándonos a nosotros. A menos que veamos la Tierra como un planeta que se comporta como si estuviera vivo, al menos para regular su clima y su química, no dispondremos de la voluntad suficiente como para cambiar nuestra forma de vida y comprender que precisamente esa manera de vivir es nuestro peor enemigo.
Se perfilan dos planteamientos básicos:
el primero consiste en reducir la cantidad de calor que la Tierra recibía del sol
el segundo en eliminar el dióxido de carbono u otros gases invernadero del aire o de las fuentes de combustión.
Construir en el espacio una pantalla solar que se colocaría entre la Tierra y el sol. Con un disco reflectante de unos once kilómetros de diámetro, colocado en el punto LaGrange entre la Tierra y el sol (es decir, el punto en que la atracción gravitacional del sol y de la Tierra es igual y opuesta y en el que haría falta muy poca energía para mantener el parasol en su sitio).El disco podría reflejar o dispersar una parte de la luz solar que recibiera y con ello enfriar nuestro planeta. Hay una solución mucho más práctica de lo que parece a primera vista: sabemos que las nubes bajas marinas forman parte del enfriamiento natural, posible gracias a la emisión de dimetil sulfuro por parte de las algas marinas. La sensación general era que se trataba de ideas con mucho potencial Pero esto solo alivia la mitad del problema; el dióxido de carbono generado por las actividades humanas continuaría aumentando su saturación en la atmósfera y acidificando los océanos al disolverse en ellos. El problema es el enorme volumen que generamos y qué hacer luego con él. Nuestro auto regulador Tierra había evolucionado favoreciendo a las especies que dejaban un mejor entorno para su progenie y eliminando las que destruían
Su hábitat, pero no me di cuenta de que habíamos sido destructivos hasta tal punto y habíamos dañado tan gravemente. Quizá tenemos el tiempo justo para empezar y terminar esta guía o manual de supervivencia con una visión holística de lo que significa la civilización humana sobre la faz de la Gaia. La Tierra es nuestra única oportunidad hay que cuidarla y respetarla este libro tiene un valor intrínseco y debería ser tomado como lo que es una guía para vivir en el mundo del mañana.